ADAPTACIÓN DE CARABINEROS DE CHILE A LAS
NUEVAS DEMANDAS DE SEGURIDAD PÚBLICA
Al iniciarse este mes de abril, en el que la
Institución cumple su Septuagésimo Quinto Aniversario, he creído necesario
como, General Director de Carabineros, fijar mi posición en relación con el desafío que impone la adaptación de
Carabineros de Chile a las nuevas demandas por Seguridad que plantea una
sociedad, como la nuestra, que son las mismas de otras regiones del mundo, entre ellas Europa Central, Asia y
Latinoamérica.
Así, la
criminalidad, al igual que la economía, se ha tornado global. Los carteles de
la droga que operan en conexión cada vez más estrecha con los emergentes grupos
delictuales, la rapidez de la información, el delito cibernético, la apertura
de fronteras, la libre circulación de personas y otras aperturas que ha
desarrollado el libre mercado, han estrechado los vínculos entre los
delincuentes internacionales, traficantes de armas, terroristas y otros
delincuentes.
Nuestro país no está ajeno a este flagelo y
Carabineros de Chile requiere estar preparado para enfrentar los nuevos
y los futuros desafíos de la criminalidad nacional e internacional.
Precisamente, la complejidad del sistema global y sus problemas, el ascenso de
deformaciones sociales (como el racismo, la drogadicción, la marginalidad
social, la pérdida de ciertos valores), obligan a que las respuestas sean cada
vez más autoexigentes, informadas, profesionales y técnicas.
Estos
hechos, ligados a acelerados avances tecnológicos y de redes de comunicación,
imponen al Carabinero de hoy la indispensable necesidad de información en todas
las actividades; pero, paradójicamente, la cantidad de información supera con
mucho la capacidad humana para procesarla, lo cual obliga a poner énfasis en
los métodos, procedimientos e instrumentos para clasificarla bajo criterios de
calidad (veracidad, importancia, oportunidad,
etc.) y eficiencia para gestionar policialmente en forma
efectiva y eficaz.
Lo anterior impone que
el Carabinero sea un auténtico profesional de la seguridad, lo que hoy obliga a
desarrollar una estrategia de coordinación e integración con la comunidad, uso de la tecnología, análisis de las estadísticas criminales y una
actitud de fuerte compromiso en sus intervenciones policiales. Además, se le
exige entregar respuestas y soluciones concretas, un adecuado nivel de
conocimientos, acciones de mediación y de búsqueda de alternativas de solución
a los problemas sociopoliciales. En
definitiva, hoy se espera de él la prestación de un servicio público de
calidad. Más aún, de la mejor calidad. Y esta exigencia sólo puede satisfacerse
con Carabineros profesionales. Es decir,
instruidos, capacitados y perfeccionados en la especializada función policial. Además, con buena disposición y actitud
amable, sobrios, probos e intachables.
NUEVAS DEMANDAS DE LA SOCIEDAD RESPECTO DE LA
SEGURIDAD.
Resultado de los cambios
que ha experimentado la sociedad, se han generado nuevas y mayores demandas en
el ámbito de la seguridad de las personas, del
ciudadano y de la comunidad. Se exige a las autoridades y a los órganos
de la administración del Estado un tratamiento integral, coordinado y eficiente
a sus requerimientos de protección individual y
de sus bienes, en los espacios y en el entorno social en que ellos
viven, permanecen y se desarrollan.
Estas demandas han generado nuevos conceptos referidos a la
seguridad, tales como Seguridad Humana, Seguridad Social y Seguridad Ciudadana,
usados habitualmente por los medios de comunicación social en contextos generales
y sin definir su real sentido y alcance,
lo cual lleva a confusión y a distorsionar la misión específica que
compete a Carabineros de Chile, conforme a la Constitución Política de la
República y demás normas que rigen sus funciones. Así, entonces, también
resulta necesario actualizar algunos conceptos.
En este orden de ideas es conveniente precisar el concepto de
Seguridad Ciudadana, toda vez que sus límites aparecen difusos y
confundidos, a menudo, con la seguridad pública, orden público o tranquilidad pública.
La Seguridad Ciudadana dice relación con un
concepto general, pues alude al desarrollo, a la protección de la vida, la
integridad física y los bienes de las personas, frente a los riesgos que
implica el vivir en sociedad, de tal forma que puede ser entendida como el conjunto de condiciones jurídicas,
sociales, políticas, económicas, culturales, ecológicas y de policía, que
garantizan el adecuado y normal funcionamiento de la comunidad y la convivencia
ciudadana, frente a las amenazas a su desarrollo, a su integridad física y a
sus bienes.
Conforme con esta
visión, distintos órganos del Estado, entre ellos Carabineros de Chile, cada
uno dentro de sus competencias, debe contribuir a los ya señalados fines.
Así, la Seguridad
Ciudadana en su conjunto se encarga de la PREVENCIÓN
SOCIAL, con acciones que tienen por
finalidad que las personas internalicen y practiquen los principios, valores y
acciones necesarios para contribuir a una convivencia más pacífica de la
sociedad, según las normas que ella misma se ha fijado; además de propender a
un medio ambiente más seguro, reduciendo, al máximo posible, las condiciones
que faciliten o incentiven el accionar delictual.
Entonces, la Prevención Social está orientada a la
educación de las personas, a la satisfacción de algunas necesidades, incluso a
la positiva ocupación del tiempo libre de la juventud y a la disminución de las
condiciones que fomentan la inseguridad de las personas, tales como falta de
alumbrado público, sitios eriazos y abandonados, inmuebles arruinados y desocupados,
calles y veredas en mal estado. Como también al desarrollo de innumerables
programas de prevención y rehabilitación
de conductas no deseadas.
Luego, este campo de acción no
es exclusivo de la función de Carabineros de Chile, sino que es responsabilidad de varios órganos de la
administración del Estado, entre ellos establecimientos educacionales públicos,
Ministerios, Policía de Investigaciones de Chile y otros Servicios Públicos.
Funciones análogas igualmente
competen a los Municipios, como también a
organizaciones sociales y
privadas, Juntas de Vecinos, Centros Juveniles y Culturales, Fundación
Paz Ciudadana, entre otros.
Tanto es así, que,
conjuntamente con autoridades de Gobierno, se ha definido la participación de
la Institución, a través de Oficiales Superiores y Jefes, en los Consejos Comunales de Seguridad
Ciudadana, conforme con el desarrollo del
Programa “Comuna Segura: Compromiso Cien”, considerando la experticia de
Carabineros en el orden público y la
seguridad pública, participación que
permite a la Institución poner a
disposición de dicho órgano información que recoge en el entorno ciudadano,
para los objetivos de prevención social.
Técnicamente, la prevención
social se sitúa en la atención de las causas generadoras del delito, objetivo
que la diferencia de lo que denominamos prevención policial, referida a impedir
la ocurrencia de ilícitos, a disminuir las oportunidades de cometerlos y a
reducir el temor asociado a la delincuencia, por medio de la vigilancia
policial en las calles y espacios públicos.
Nuestra función principal, donde deben estar orientados
todos nuestros -esfuerzos operativo- policiales, es, precisamente, la prevención
policial, pues dice relación con la misión constitucional de garantizar el
Orden Público y la Seguridad Pública Interior,
mediante la materialización de los diversos servicios policiales, a
través de los diferentes órganos institucionales.
Como ya
lo he manifestado, la gran función preventiva se realiza con miras a
evitar -hasta donde sea
razonablemente posible- la comisión de
delitos y la alteración del orden público, lo que tiene por objetivo garantizar
el normal desarrollo y desenvolvimiento de las actividades de los individuos.
Entonces,
las personas requieren de sus Carabineros aquel servicio público que les
garantice su protección y la seguridad de que no van a ser víctimas de
un hecho delictual.
ESTIMADOS CARABINEROS, el
Servicio Público en general significa
“estar dedicado a resolver las necesidades de los demás, que competen al
Estado, responder al interés común y no al particular; tratar a todos como
ciudadanos con iguales derechos, sin hacer discriminaciones”. Ello es lo que
nos exige la comunidad.
Hoy se nos pide ser actores principales en la “Seguridad”. La ciudadanía,
en general, confía en los Carabineros. Así lo demuestran las encuestas de
opinión, pero debemos mejorar y optimizar de manera potente y sostenida nuestra
gestión policial, e integrarnos y relacionarnos activamente con la comunidad,
conforme con los cargos y jerarquías que se ostentan, en el ejercicio de
nuestras funciones y en la creación de novedosas estrategias para la prevención
del delito. Recuerden que el delincuente evoluciona y perfecciona su capacidad
para delinquir.
En resumen, se nos reclama GESTIÓN
POLICIAL, entendida como “las
acciones efectivas para lograr una asociación entre profesionales del orden y
la Seguridad Pública, a fin de materializar y evaluar las planificaciones
operativas y administrativas en forma eficiente y eficaz, en un escenario
social complejo, con el objetivo de
brindar protección a las personas y sus bienes, de acuerdo con el ordenamiento
jurídico y el bien común” y, de paso, aumentar la confianza, aceptación y
credibilidad de Carabineros de Chile por la comunidad nacional.
EVOLUCIÓN
DE CARABINEROS PARA ENFRENTAR LAS NUEVAS DEMANDAS.
Las personas nos
identifican, sin duda, como servidores públicos por excelencia. Sienten y
exigen de cada uno de nosotros un servicio que garantice su integral
protección. En verdad, lo que quieren es poder transitar en forma segura por
cualquier lugar del país, sin el temor de ser víctimas de un delito.
Lo he dicho y lo repito:
“la gente quiere tocar al Carabinero”, ve
en nosotros la solución a su inseguridad, a su desamparo, a su debilidad. Es
por ello que debemos profundizar nuestros esfuerzos y continuar mejorando nuestra GESTIÓN POLICIAL, y para ello resulta indispensable MEDIR EL DESEMPEÑO PROFESIONAL de cada Carabinero. Se trata,
entonces, de una tarea común que nos involucra a todos.
Ejercer el Mando
estratégico –directivo- demanda exigencias profesionales permanentes para conocer, orientar, controlar, evaluar,
corregir e introducir los cambios en el
capital humano, en el uso de los recursos tecnológicos y materiales, como
asimismo en los procesos de gestión. La materialización de estas acciones
permitirá cumplir en forma más eficiente con la misión institucional de brindar
protección a las personas y sus bienes,
evaluando siempre el costo del empleo de los recursos entregados por el Estado.
Lo anterior
determina que los mandos deben estar presentes, en forma continua, en terreno, lo que les permitirá
detectar deficiencias e introducir las correcciones de inmediato.
El resultado de este
esfuerzo personal de todos los miembros de la Institución, debe materializarse
a través de la presencia de la mayor cantidad de Carabineros en la población,
profundizando el rol esencial asignado a la Institución como protector de las
personas y que, necesariamente, debe traducirse en la prevención del delito.
Entonces, si de conceptos actualizados y de producción hablamos, “nuestro
negocio está en la calle”. Hoy, todo
Carabinero, aun el que cumple funciones administrativas y de apoyo, debe estar
presente, al menos algunos días al mes, en el servicio policial en la
población. Para ello fuimos formados.
GESTIÓN POLICIAL.
Por otra
parte, cierto parece que los factores sociales y económicos tienen influencia
en los comportamientos delictivos. Sin embargo, de diferentes estudios se puede
deducir que un pequeño número de
delincuentes son los responsables de los delitos de mayor connotación
social. Fundado en lo anterior, también puede afirmarse que las personas, en
términos generales, respetan el ordenamiento jurídico y buscan la convivencia y
su desarrollo en forma armónica dentro del entorno social.
De tal
forma, y en este aspecto deseo ser categórico, debemos establecer las alianzas estratégicas necesarias con la comunidad,
representada en todas sus organizaciones, tales como juntas de vecinos, clubes
deportivos y establecimientos educacionales, con el objetivo de determinar con
certeza cuáles son los servicios policiales preventivos demandados por la
comunidad y disponer, entonces, los cursos de acción efectivos para controlar
los fenómenos sociopoliciales. Esta comunicación con las personas nos permite,
además, contar con información real de quienes están siendo afectados en su
seguridad o son víctimas de delitos o conductas antisociales, y que necesitan
la oportuna intervención policial para prevenir o evitar su repetición, según
sea el caso.
Mejorar
la Gestión Profesional requiere que cada Carabinero, mujer u hombre de los
diferentes escalafones, uniformados o civiles, actualice
permanentemente sus competencias y ofrezca un servicio de mayor calidad, con
los mismos recursos asignados. Este debe ser el compromiso individual que cada
uno de nosotros debe entender y asumir sin vacilaciones. Sólo así seremos
vistos como auténticos profesionales.
En cuanto a los elementos que permiten otorgar
servicios policiales actualizados a los tiempos que se viven, el General
Director que les habla enfatiza los siguientes lineamientos:
Capital Humano.
Instruir, capacitar, perfeccionar y especializar son
partes del proceso de formación del Carabinero profesional, que constituye el
más valioso capital de la institución. Por ello, las funciones de Educación y
Personal deben ser conducidas en forma muy eficiente, considerando, formación,
distribución y asignación de funciones, de acuerdo con las especialidades,
competencias y habilidades de cada uno de los integrantes de nuestra
organización.
Luego, si el capital humano es administrado sin tales
consideraciones técnicas, se afecta y puede desmotivarse, al punto de
desaprovechar o disminuir sus capacidades, en perjuicio de la eficiencia de las
funciones policiales y, por consiguiente, de la calidad de los servicios que
debe otorgar Carabineros de Chile.
El servicio policial requiere necesariamente de
personal motivado, debidamente entrenado,
actualizado, con espíritu de superación, consciente de sus deberes
profesionales. Así, la administración de personal debe constituir una actividad
preponderante de los mandos, en orden a definir, expresamente, qué funciones y
tareas se deben cumplir conforme a criterios objetivos y técnicos que permitan
controlar, hacer un seguimiento y evaluar el cumplimiento de las misiones y
tareas asignadas.
Desde
esta perspectiva, el Carabinero profesional tendrá claridad en qué se espera de él y así podrá cumplir sus funciones informadamente,
comprendiendo que los indispensables controles jerárquicos se efectúan para
corregir y perfeccionar el debido desempeño personal, con miras al superior fin
de otorgar un servicio público oportuno, efectivo y de la mayor calidad
posible.
Integración con la
Comunidad.
Hoy más que esperar
pasivamente la cooperación ciudadana, debemos salir a su encuentro, con
iniciativa e ingenio, para ocupar los espacios naturales de encuentro entre
Carabineros y la comunidad. Esto implica entender que la función policial no
sólo se limita a la actividad de control y persecución del delito, es decir la
de hacer cumplir la ley, sino, además, se manifiesta en toda su potencia como un factor más de integración social.
Por su parte, las demandas de
servicio policial deben ser analizadas conforme con las circunstancias
actuales (realidad) y, principalmente,
con una permanente e imprescindible
interacción con los usuarios (personas demandantes). Ello permitirá
sintonizar y satisfacer en mejor forma los procesos y servicios que nos corresponde entregar.
No deben
existir dudas al respecto: la prevención policial requiere de un trabajo
coordinado, en el que se escuchen los requerimientos de la población, para
racionalizar y focalizar el esfuerzo institucional, con el definido propósito
de satisfacer concientemente tales requerimientos.
En esta
materia, los estudios y experiencias adquiridas, determinaron adoptar la
modalidad de servicio de Vigilancia por Cuadrante que en la actualidad debe
incrementar el acercamiento y la comunicación del Carabinero con las personas,
y requiere de la comprensión del sentido de integración. Luego, cada Carabinero debe conocer, sentir y asumir
como propios los particulares hechos, relativos al Orden y la Seguridad
Públicos, que afectan al cuadrante asignado; y buscar efectivas soluciones a
los problemas sociopoliciales que se
plantean, coordinándose con los
diversos actores sociales comprometidos en la alianza estratégica de prevención
social de los delitos y conductas antisociales.
La
integración con la comunidad ofrece ventajas, tales como:
·
Determinar la
demanda de los servicios policiales (atendida con
la presencia de Carabineros).
·
Colaborar al sistema
de información de inteligencia policial, para usar los recursos
donde sea necesario. Ello permite al Carabinero adelantarse a la actuación de
delincuentes habituales, reduciendo la victimización.
·
Posibilitar el
diseño de estrategias y tácticas para el control de la criminalidad, considerando
variables sociales, económicas, educacionales
y otras de los respectivos cuadrantes.
Planes como instrumentos de acción.
Constituye una exigencia para asegurar el éxito de las
acciones policiales, formular en forma previa a ellas un plan o programa. Este
indispensable instrumento debe contar con el aporte real y activo de quienes deberán ejecutarlo. Ello
permite una actitud de compromiso y convencimiento de la necesidad de su
materialización, que influye positivamente en el logro de los objetivos
previstos en el respectivo plan.
Flexibilidad.
Las nuevas necesidades y requerimientos de la sociedad en materias propias de la seguridad pública,
imponen mantener estructuras de servicios policiales flexibles, que permitan su
adaptación en el menor tiempo posible a los cambiantes escenarios sociales.
Ello aconseja trabajo en equipos multidisciplinarios (especialistas), que deben
actuar con actitud proactiva y contar con una conducción inteligente que
permita la eficiencia y eficacia en la resolución de las diversas y variadas
contingencias.
Análisis
criminal.
También resulta
indispensable que todo el personal conozca los índices delictuales del sector
sobre el cual le corresponde mantener vigilancia policial. Especialmente deberá
conocer el modo de actuar y los perfiles de los delincuentes, delitos de mayor
frecuencia, ámbitos territoriales donde se cometen, tipos de víctimas y, en
fin, todo antecedente que permita un análisis criminal oportuno, para definir
cursos de acción policial inmediatos que conduzcan al mayor control de la
delincuencia.
Evaluación de procedimientos.
Los procedimientos y
estrategias policiales deben ser evaluados en forma permanente, para detectar
aquellos que resulten obsoletos, insuficientes, deficientes o inútiles. Esta
actividad debe materializarse incluso para
comprobar lo realizado en las etapas de planificación, de coordinación,
de información y de control. Esto, asociado al conocimiento de la información
aportada por la comunidad y aquella recogida por la Institución por otros medios,
posibilita las estrategias o modalidades más efectivas para mantener un
servicio policial eficaz y eficiente.
Control de
gestión.
Para los fines institucionales este
concepto debe entenderse como el conjunto de actividades de información, acciones
y decisiones que se dan permanentemente en la organización para medir y orientar las conductas hacia el cumplimiento de los
objetivos declarados por el Alto Mando, por el propio General Director y por los diferentes Mandos
Institucionales, hoy conocidos también
por la comunidad.
Con este control, se
logra valiosa información que permite a los Mandos Institucionales obtener
conocimiento acerca del grado de efectividad,
eficacia, eficiencia y calidad
alcanzado por los distintos órganos institucionales, y la forma cómo se
están empleando los recursos humanos,
materiales y financieros, permitiendo evaluar los costos.
Al respecto, y sólo como
un ejemplo, debo advertir respecto al ausentismo laboral en Carabineros. Uno de
los importantes factores lo constituyen las licencias médicas. Deberá existir
un estricto control respecto a su justificación en cada caso.
Así, el Control de
Gestión no debe ser entendido como un fin de la organización, sino como un medio que permite obtener
información de las áreas críticas de la gestión policial. De ahí su
importancia, pues a través de esta
herramienta administrativa se monitorean los diferentes procesos
institucionales y se califica la
gestión, de acuerdo con la información obtenida, confrontándolos con los estándares
establecidos.
Importante es anunciar
que he determinado encargar encuestas periódicas de opinión pública, para
conocer el grado de satisfacción de la población con el servicio policial que
presta Carabineros.
Cuenta
pública
Por su parte, la Cuenta pública constituye un
proceso en la nueva cultura de la Gerencia Pública, basado en el derecho que
asiste a la sociedad para tomar conocimiento de la forma como determinados
órganos del Estado ejercen las funciones que se les han confiado. Se trata, entonces,
de “deberes de transparencia en la gestión pública”, que se materializan en la obligación impuesta a los
funcionarios públicos de rendir informe ante una autoridad superior y ante la
ciudadanía, por los fondos y bienes del Estado puestos a su cargo para el
debido cumplimiento de las funciones asignadas y los resultados obtenidos. En
todo caso, esta Cuenta Pública ya la realizan policías de otros países.
Carabineros de Chile inició este proceso de
transparencia en su gestión a partir del año 2001, donde cada Comisario informó a la comunidad, a las autoridades
locales y a los organismos intermedios, acerca de su gestión policial y las
acciones realizadas en el periodo anual
anterior.
Hoy, conjuntamente con las autoridades de
Gobierno, por disposición de S.E. el
Presidente de la República se está estudiando la modalidad de cuentas
públicas trimestrales.
Este nuevo proceso necesariamente conduce a reforzar las acciones de coordinación,
integración y asociación con la
comunidad. Por cierto, sólo trabajando en conjunto y atendiendo los
requerimientos de la gente, se podrán fijar metas y soluciones prácticas a los
problemas y variables que inciden en la prevención policial, entendiendo que
ella se complementa con la denominada prevención social, donde, como ya lo
mencioné, Carabineros debe participar entregando experiencia y conocimiento de
la realidad sociopolicial del sector que
corresponde a cada Comisaría.
Este desafió ha de asumirse teniendo siempre
presente que Carabineros de Chile no puede luchar solo contra el delito, pues
también necesita de la participación ciudadana, para conocer las circunstancias
y factores que amenazan y provocan temor en la sociedad, como también, el
contacto y atención de las víctimas para darles protección y conseguir el importante objetivo de
realizar estudios de victimización y así
estar al día en la evolución del comportamiento criminal.
CONDUCTA
PROFESIONAL.
Para quienes ejercen el
mando y la administración de personal, se hace indispensable que asuman
responsabilidades efectivas de LIDERAZGO,
de protagonismo profesional positivo, favorable y provechoso para los intereses
institucionales.
Hoy se requiere con urgencia el
ejercicio de un liderazgo profesional
agresivo.
Los principios del liderazgo
son tan simples, que quizás por ello suelen olvidarse.
Confundimos,
en ocasiones, la autoridad con el poder
y el respeto con el miedo. Esta lamentable apreciación conduce a relaciones
tensas y recelosas entre jefes y subordinados, y también motiva una pregunta
que parece obvia: cuándo un equipo trabaja para contentar al jefe, ¿quién se
ocupa realmente del trabajo, en beneficio de los objetivos de la organización?
Entonces, es oportuno
recordar aquí que “dirigir” consiste,
paradójicamente, en servir a los demás,
pues un buen líder siempre
permanece pendiente de sus subordinados para atender sus previsibles necesidades, ayudarlos a
cumplir sus aspiraciones y reconocer sus capacidades para emplearlas en toda su
magnitud.
Igualmente, la ocasión es propicia para reiterar otro
concepto:
El respeto entre nosotros –los Carabineros– no es
impedimento para mantener una rigurosa disciplina, característica que
constituye una de nuestras fortalezas institucionales. No obstante, el mantenimiento
de esa disciplina no puede significar un impedimento para practicar la debida
consideración y trato que todos nos merecemos. Por los mismos fundamentos, y
con mayor razón, estamos obligados a respetar a la comunidad que servimos, y
así recibir también de ella recíproca consideración para el Carabinero.
La CONDUCTA PROFESIONAL debe
ser el reflejo de una actitud de compromiso con el servicio público,
fundado en la legitimidad, la prudencia y la probidad de nuestras acciones,
principios rectores que han de guiar el trabajo de toda mujer y hombre
Carabinero, uniformado o civil, de cualesquier escalafón, especialidad o
sistema de contrato.
La permanente
preocupación y mejoramiento de nuestra conducta profesional contribuirá,
ciertamente, a elevar el nivel del servicio policial que se nos ha confiado y a
estrechar las relaciones con la comunidad. Así, se legitima el accionar
policial y se obtiene un deseable grado de comprensión y apoyo a las funciones
preventivas y de control, más allá de conformarnos con actuar respaldados por
las facultades legales.
Tan deseables propósitos
determinan que en el accionar de todo Carabinero siempre han de estar presentes
los principios de legalidad, legitimidad, equidad y probidad que a
continuación, someramente, voy a
explicitar:
Legalidad.
Es
nuestra obligación reconocer que nuestras acciones policiales siempre deben
estar facultadas y limitadas por la
legislación y el ordenamiento jurídico
vigentes.
Legitimidad.
Acerca de
este concepto, corresponde precisar que la legitimidad institucional no sólo
encuentra fundamento en las normas jurídicas antes mencionadas, que asignan
competencias a Carabineros de Chile y habilitan la acción de su personal. Sin
dejar de lado este esencial fundamento, la gestión también es fuente de
legitimidad, que surge del reconocimiento social al oportuno y debido ejercicio
de las funciones institucionales, lo que significa acciones profesionales
íntegras y revestidas de incuestionable probidad, con especial énfasis en un
trato educado y respetuoso con el público, de cualquier condición. Así, se logrará mayor colaboración, adhesión y
comprensión de las personas, que acatarán las decisiones, instrucciones o
recomendaciones de Carabineros más por convencimiento que por obligación o
temor, y de este modo lograremos menos resistencia a nuestras actuaciones
para hacer cumplir la ley.
Equidad.
El
servicio policial, sin duda alguna, debe
estar orientado a privilegiar el interés común y no el particular; otorgando a
todas las personas un servicio igualitario y digno, sin hacer discriminaciones
de ninguna especie.
Así, la
calidad de la acción policial dispuesta o planificada debe ser común e igual en
todo el país. Para ello, el capital
humano y los recursos con que cuenta la Institución deben ser distribuidos
técnicamente, en forma equitativa y conforme con la particular realidad
sociopolicial.
La
seguridad pública es un derecho al cual tienen acceso, en forma gratuita, todas
las personas, y es obligación del Estado garantizarla por medio de las
instituciones legalmente establecidas, entre las cuales se destaca Carabineros
de Chile, dotado de especiales competencias al respecto.
Probidad.
El
interés general exige de las instituciones estatales el empleo de medios idóneos
de diagnóstico, control y decisión, para materializar, dentro del orden
jurídico, una gestión eficiente y eficaz, con miras a colaborar al bien común,
en el marco de sus respectivas competencias.
De tal
forma, los agentes públicos deben observar una conducta fundada en
irrenunciables principios, entre ellos el de probidad, que se expresa en el
recto y transparente ejercicio de las funciones públicas confiadas, en nuestro
caso, a cada Carabinero. Lo anterior exige decisiones razonables e imparciales;
rectitud en la aplicación de normas, planes, programas y acciones;
integridad profesional y ética en la
administración de los recursos que se gestionan; expedición en el cumplimiento
de las funciones legales y transparencia en el accionar.
CARABINEROS
:
Vuestra función
profesional determina un tratamiento especial a las personas en general y a las
víctimas de delitos, en particular, que debe traducirse en respeto a su
dignidad; efectivo servicio de protección, de apoyo, de comprensión y de
orientación para el ejercicio de la acción penal en su favor. En cada víctima
debemos hacer material la frase del Himno Institucional “somos del débil el protector...”.
Por su parte, el control de la delincuencia
exige conductas valerosas, enérgicas y firmes, respetando, siempre, la legalidad y la dignidad de las personas.
HOMBRES Y MUJERES CARABINEROS, UNIFORMADOS Y CIVILES, DE LOS DIVERSOS ESCALAFONES,
ESPECIALIDADES Y CONTRATADOS EN DISTINTAS MODALIDADES.
Reclamo de ustedes un compromiso profesional
en el ámbito de sus respectivas competencias y funciones. Todos, sin distinción, prestamos servicios a personas, a las cuales debemos respeto y un trato
adecuado, cuando requieran nuestra atención y esperan una respuesta eficiente.
En el plano externo nuestro “cliente” es toda
persona que requiere protección y seguridad; es la víctima de un delito. Y en
otro ámbito, debemos considerar también al delincuente bajo nuestra
custodia, como poseedor de derechos
básicos y de dignidad.
En el plano interno nuestro “cliente” es el
subalterno, que requiere apoyo,
orientación, ser escuchado, recibir la atención médica u odontológica, asesoría legal o asistencia social, y otros beneficios de bienestar, de la mejor forma, sin distinción jerárquica, y, por lo tanto, se
debe actuar con equidad, entrega profesional y personal, otorgando la mejor respuesta, con apego a
nuestras obligaciones y con un sentido
ético y espíritu de cuerpo, principio que nos caracteriza como institución admirada por la
fortaleza de sus integrantes.
Este es mi llamado, mi
reclamo, mi exigencia a cada uno de
ustedes. Debemos ser cada día mejores y
adaptarnos a las nuevas demandas y requerimientos de nuestros “clientes”, que
son el público y nuestros carabineros.
NUEVO SISTEMA
EDUCACIONAL DE CARABINEROS
Ya había afirmado que las personas son el
capital más valioso de la Institución. Por tanto, su formación,
perfeccionamiento, especialización y capacitación constituyen instancias de
relevante preocupación para el General Director que les habla, puesto que, a través de las mujeres y hombres Carabineros, uniformados y civiles, de los
diferentes escalafones, es que se cumple la
misión que nos asigna la Constitución Política de la República,
nuestra Ley Orgánica y las diversas
leyes especiales.
Ante el explosivo aumento del conocimiento y de los
instrumentos y posibilidades para acceder a él y a las nuevas tecnologías, se
requiere revisar y redefinir nuestro Sistema Educacional, para optar por una
formación basada en la educación
continua e integral. Ello permitirá
contar, en un corto plazo, con el Capital Humano que responda en forma
eficiente a los nuevos procesos, sistemas, metodologías y procedimientos
propios de la función policial o de apoyo a ésta.
La información y
formación constituyen un binomio clave en todo proceso de educación. No hay
educación completa si falta alguna de ellas. Recibir información es acumular
una serie de datos, observaciones y manifestaciones específicas. La formación
va más allá: ofrece criterios para regir el comportamiento, de acuerdo con
determinada orientación, y pretende
obtener el mejor partido posible de los conocimientos recibidos, favoreciendo el desarrollo de una mujer u
hombre más maduro, más sólido y firme; pero también más humano, que cultiva
su espíritu y es dueño de sí mismo.
Podríamos
decir, entonces, que
educar es hacer que alguien aprenda a trabajar y vivir con alegría.
Nuestro
objetivo pretende formar Carabineros que aprendan a vivir en diferentes facetas, con alegría, que tengan
las competencias necesarias para cumplir con las nuevas demandas de la
comunidad y también sean fieles depositarios del “SER”, donde se encuentra
la doctrina y tradiciones institucionales, pero
capaces de innovar en el “HACER”, conforme
con las nuevas técnicas, procedimientos y
metodologías, para lograr servicios más eficientes y actualizados a los variados y nuevos requerimientos de las
personas.
Entonces, nuestro Sistema Educativo debe propender a:
·
Internalizar conductas que armonicen con el conjunto de
conceptos éticos y morales, representativos de un servidor público,
profesionalmente formado y entrenado.
·
Desarrollar
habilidades y competencias actualizadas para el ejercicio en el ámbito del
Orden Público y la Seguridad Pública.
·
Asegurar un elevado nivel de desarrollo en la formación,
especialización, perfeccionamiento y capacitación, durante toda
la trayectoria de la mujer y hombre Carabinero, conforme con
las necesidades renovadas de la Institución.
·
Facilitar a todos los miembros de la organización una
capacidad profesional para comunicarse afectivamente y continuar aprendiendo
durante toda su carrera profesional.
En este proceso, la
Dirección de Educación deberá velar por la unidad de doctrina y la adecuada
formación de Oficiales y Personal. Para ello resulta indispensable que efectúe
permanentemente una minuciosa revisión de la concordancia o discordancia que
existe entre los lineamientos fijados por el General Director de Carabineros,
conforme con sus atribuciones establecidas en la Ley Orgánica Constitucional, y
los dichos y expresiones de quienes imparten lecciones en los planteles de
formación de la Institución
En consecuencia, la
Dirección de Educación debe resguardar celosamente la observancia de tan
indispensable armonía de doctrina y rigor académico, otorgando
responsabilidades docentes sólo a quienes reúnan los requisitos de excelencia
académica, de lealtad y minuciosa aceptación
de las directrices señaladas por el Alto Mando, responsable de la
conducción institucional, en todos aquellos ámbitos de su competencia.
PROYECTOS
Y PROGRAMAS
El desarrollo de la Institución y el mejoramiento de la gestión está
directamente relacionado con el capital humano, ya explicitado, y con programas
o proyectos de infraestructura, de recursos tecnológicos y de aumento de la
Planta de Personal.
Al respecto, se
trabajará, coordinadamente, con
autoridades de gobierno en los siguientes proyectos y programas para determinar
posibilidades presupuestarias y prioridades, en un horizonte plurianual:
·
Aumento de la Planta
Institucional: En análisis preliminar, se ha estimado un déficit aproximado
de 8.000 plazas, derivado de 5.500 operativas, 1.000 especializadas y 1.500 de apoyo.
·
Contratación de Personal, en modalidad C.P.R. u otra para
reemplazar al PNI de Orden y Seguridad que desempeña tareas administrativas y
de apoyo: Aumentar los niveles de vigilancia policial, al recuperar
a este personal para la función de Orden y Seguridad en las calles y
reemplazarlo por Personal recontratado, alternativa de menor costo,
especialmente en remuneraciones.
·
Construcción de 650
casas fiscales: Que corresponde sólo
al déficit de viviendas para el personal
de Nombramiento Institucional en la Región Metropolitana, sin considerar las
carencias en regiones.
·
Construcción de 115 casas para el personal de la Prefectura
de Carabineros “El Loa”: Solucionar un problema habitacional, generado por el cierre y
traslado del campamento minero de Chuquicamata a Calama.
·
Adquisición de
helicópteros y construcción de hangares:
Ampliar la cobertura para operaciones aeropoliciales
a desarrollar por la Institución, renovando el parque aéreo (helicópteros) que
se encuentra con su vida útil cumplida (7 helicópteros nuevos y 4 helicópteros
para reposición).
·
Reposición e incremento
del parque vehicular para el transporte de personal (73 buses): Renovar el parque
vehicular (buses) para el traslado de personal de Unidades Operativas que no cuentan con estos
vehículos, considerando, además, que el 60% de los buses existentes se
encuentra con su vida útil cumplida.
·
Adquisición de vehículos
policiales de mayor envergadura y costo para Unidades Especializadas y Unidades
Fronterizas y de sectores rurales.
· Ampliación de infraestructura para la formación de Carabineros
alumnos. Ante la eventualidad de aumentar la planta Institucional y tener que
formar una cantidad mayor de alumnos que en la actualidad.
· Continuación de las
etapas pendientes del nuevo
edificio de la Escuela de Carabineros: Inconclusa desde hace varios años y
cuyas etapas siguientes comprenden construcción de gimnasio (data de 1929),
auditórium, piscina olímpica, sala de clases para cursos de postítulos,
dependencias de apoyo logístico, casino de oficiales.
·
Construcción de edificio
anexo a la Dirección General: Racionalizar el uso de los recursos humanos,
económicos y materiales, mediante la concentración en un solo punto de todas la Direcciones de la Institución, lo
que permitirá, además, contar con un casino para todos los Oficiales y
Personal, que en la actualidad no existe.
·
Reposición del cuartel
de la 51ª Comisaría Montada: Reponer el cuartel
de la 51ª Comisaría Montada por haber cumplido su vida útil y de esa forma
contar con una infraestructura moderna que permita entregar un mejor servicio
policial montado. Además de recuperar, a futuro, el nivel del deporte Ecuestre
en Carabineros de Chile.
·
Construcción de una
Comisaría en Santiago Centro, fusionando las actuales 1ª y 3ª Comisarías: Aumentar los niveles
de Vigilancia, al fusionar 2 cuarteles policiales, reduciendo costos y
mejorando la gestión.
·
Reposición de
diversos Cuarteles en Santiago (FF.EE., RR.PP. y otros) y en regiones.
·
Complejo policial
Talcahuano (efectuar la terminación): Que
comprende la Prefectura y Comisaría.
· Construcción de un edificio
para Servicios Especializados de Investigación Policial y Pericias
(O.S. 7, D.I.P., D.E.B.V., LABOCAR y
eventual Sección de Registro y Búsqueda de Personas Perdidas).
· Extensión del Sistema Aupol a todas las Unidades y
Destacamentos del despliegue operativo Institucional.
Enorme
importancia debe tener el programa de adquisición de equipamiento moderno y de
primer nivel para órganos institucionales especializados, como por ejemplo el
GOPE, dada su función y las amenazas crecientes en el campo de intervención de
este Grupo.
Conclusiones:
El Personal uniformado
de Carabineros, de todos los escalafones y jerarquías, debe asumir el
compromiso que los llama a ser cada día más eficientes y confiables en su
misión de hacer cumplir la ley y, por sobre todo, brindar una efectiva
protección a todos los habitantes de nuestro país.
Por su parte, quienes no
visten el verde uniforme, pero son integrantes de esta gran Institución,
llamada Carabineros de Chile, les reclamo y les exijo un fuerte compromiso
profesional: son ustedes quienes con su
accionar contribuyen a hacer más o menos
eficiente y eficaz el servicio policial.
En consecuencia de
ustedes y de todos los Carabineros que en este instante están cumpliendo con su
servicio a lo largo y ancho de nuestra Patria, depende el éxito presente y
futuro de nuestra Institución. Estoy confiado que entenderán mi mensaje: “Servicio Policial Preventivo, fundado en
el principio de legalidad y al amparo de actuaciones legítimas y oportunas; con
Carabineros siempre integrados a la comunidad que deben servir”, sobrios en
su estilo de vida, honestos y probos en su vida profesional y privada, amables
con todos los ciudadanos, entendiendo,
cabalmente, que todos los Carabineros de Orden y Seguridad son profesionales
formados para cumplir servicios de prevención policial en las calles y lugares
públicos de nuestro extenso territorio nacional.
Por mi parte, sientan que estoy dedicado a engrandecer, aún
más, a Carabineros de Chile, tarea que lograré con el esfuerzo de todos. Me
siento orgulloso de ser su máximo conductor, misión que estoy cumpliendo con
gran esfuerzo, con serenidad y firmeza inclaudicables.
En consecuencia, es un
deber ineludible la “Adaptación de Carabineros de Chile, a las nuevas demandas
de Seguridad Pública”.